lunes, 23 de mayo de 2011

Un serrano en Montañita


Era su segunda vez en Montañita. Había ido hace algunos años atrás en un viaje familiar, pero esta vez lo haría con una persona muy especial, su novia, su “mona” guayaquileña.

Para un ambateño como él, trabajador y con una rutina estresante, la playa era el lugar propicio para descansar, relajarse y compartir momentos románticos con su pareja. Claro, no era época de temporada playera, pero Montaña es Montaña y si algo no puede evitarse en este excitante lugar, es la diversión.

Desde que Patricio pisó Montañita, la diversión estaba asegurada y su compañera guayaca se encargaría de eso. Nada de aburrimiento.

Es fácil identificar a un extranjero en Montañita, como también lo es identificar  a un serrano. ¿Qué cómo lo hacen?

Era hora del almuerzo y Patricio pregunta al camarero: “¿preparan sopa para la merienda?”, el camarero responde: “pana, ustedes los de la sierra, siempre piden sopa en Montañita (sonríe), pero claro pana, te la preparamos”.

“Los costeños caminan como más sabrosos, tratando de impresionar, como diciéndoles a las peladas: mírame yo soy un bacán” (ojo, eso lo dijo Patricio) “Nosotros somos más relajados, caminamos más tranquilos. Nosotros venimos a observar, venimos de cacería” sonríe y luego aclara: “Pero en este viaje no necesito, porque estoy bien acompañado”.

Aquí viene lo más importante, su forma de vestir. 

La farra empezó en Montañita. Los bares estaban llenos de turistas y las discotecas encendidas al ritmo del reggaetón y la electrónica. Las carretas de comida rápida ofrecían sus productos, mientras sus clientes se turnaban para comprar. El costeño vestía su bermuda quicksilver, zapatillas reef y esa camiseta que dice: Yo amo Montañita, o si prefería, sin camiseta, para no complicarse.

Patricio también estaba listo para la farra, se pondría su blue jeans, su camiseta manga larga de rayas y sus zapatos de cuero. La cuestión era divertirse. Su novia como toda una guayaca usaría minifalda. Debía disfrutar esa noche, porque a la mañana siguiente regresaría a los 18ºC de temperatura a los que estaba acostumbrado.

Allí estaba Patricio, entre turistas de varias ciudades y países, con diferentes culturas, formas de pensar y vestir, pero con la misma finalidad: pasarla bien. 

Al final, todos saben que lo que pasa en Montañita, se queda en Montañita.


viernes, 20 de mayo de 2011

I love Montañita



Los criterios sobre la vida en montañita son diversos. Los ultraconservadores dirán que es un espacio para dar rienda suelta al libertinaje (actitud irrespetuosa de la ley, la ética o la moral), mientras que los liberales lo verán como el lugar propicio para expresarse tal y como se sienten, sin complicaciones, tabúes, ni prejuicios. 

Pero si algo es, definitivamente cierto es que Montañita acoge a todos sus visitantes por igual.  Es el rincón del país que con tan solo un área de 1400 metros reúne una diversidad de culturas, religiones, creencias, razas y costumbres tanto nacionales como extranjeras. Serranos, costeños, negros, cholos, mestizos, blancos, europeos, “gringos”, australianos, latinos, todos en esta playa del Ecuador llamada: Montañita

Hay acciones tan comunes en este lugar, que en cualquier otra ciudad del Ecuador parecerían desconcertantes. Presenciar una boda entre un nativo y una australiana, que una latina le enseñe a bailar a un europeo al son del reggaetón, corear con un norteamericano una canción de Black eyed peas o compartir una fogata con un grupo de chilenos, son algunas de las cotidianidades que se pueden evidenciar.

Sin embargo, Montañita no pierde su cultura. Los nativos conservan sus tradiciones. Su iglesia católica continúa celebrando con regularidad los sacramentos. Los hijos de este pueblo se bautizan y las fiestas en su honor se celebran como siempre, a la vista de los turistas y al ritmo de una cumbia ecuatoriana. Una mesa con el pastel, los bocaditos y los recuerdos de querubines, las sillas en forma de círculo y la música del disc jockey invitan a los compadres a festejar el bautizo de su ahijado. 

Iglesia de Montañita

Celebración de un Bautizo
Así es montañita, una mezcla de culturas que la caracterizan como un lugar singular y la proyectan como imagen internacional. Turistas nacionales y extranjeros sin distinción, después de su visita recordarán este rincón del Ecuador, seguramente, cuando usen la camiseta o la artesanía que compraron, aquella que dice:





Montañita = Adrenalina y Diversión


Si de surf y diversión se trata, Montañita es la combinación perfecta. A 180 kilómetros de  la ciudad de Guayaquil y a 60 kilómetros de Santa Elena, se encuentra este paradisíaco lugar, muy visitado por ecuatorianos y extranjeros.  

Cada año montañita convoca a miles de turistas de todas partes del mundo en un evento denominado Reef Clasic, que consiste en una competencia que se realiza en las mejores playas de Latinoamérica. Los surfistas participantes concursan por dinero y por distinción internacional. 

No sólo es una playa reconocida por sus magníficas olas, sino por su ambiente nocturno. Montañita es el lugar que nunca duerme. Al atardecer podrás ser testigo de una espectacular caída del sol, disfrutar de la variedad de bares, restaurantes y discotecas que ofrece esta hermosa playa. Hay alojamientos de varios precios, incluso desde $6 dólares en época que no es temporada playera. Puedes ir con tu grupo de amigos, con tu pareja o incluso si vas sólo, de seguro conocerás con quien compartir la diversión. Su ambiente bohemio, cultural, de farra y fiesta, surfista y hippie han hecho de este pueblo un centro turístico del Ecuador.





















































martes, 10 de mayo de 2011

Playa Rosada


Una playa entre acantilados, con arena de un color diferente a las otras, un atardecer que solo se puede ver ahí y una tranquilidad única, que mezcla el sonido de las gaviotas con las olas del mar. Esta ubicada en la ruta del Spondylus, entre Palmar y Ayangue, es muy fácil llegar a la muy conocida pero poco visitada Playa Rosada. En este maravilloso lugar se puede disfrutar de la naturaleza terrestre como marina en su máxima expresión y además pasar momentos de mucha adrenalina con los deportes acuáticos.    

Playa Rosada tiene algo único, su arena es de color rosa y esto hace atractivo el lugar porque no es algo común. Esta rodeada por cerros donde se hacen caminatas de aproximadamente 3 horas, ahí se pueden observar las fragatas, iguanas terrestres, gaviotas y si se tiene suerte a los albatros y piqueros de patas azules. En los acantilados crecen algas rojas, algas verdes y algas pardas, también hay las jaibas, pangoras y santollas que es un crustáceo en forma de cangrejo pero que mide unas 15 veces su tamaño normal. La flora y fauna están en este rincón de la Península de Santa Elena.

La adrenalina es uno de los puntos más atractivos de este sitio costeño. El snorkel es un deporte cargado de emoción, las personas que lo practican por primera vez siempre quedan fascinadas y siempre quieren volver hacerlo. Remar con fuerza, eso se hace en el kayak, una actividad que es muy desestresante porque se siente la velocidad encima del mar. Correr las olas con una tabla de surf, es lo que una persona debe hacer por lo menos una vez en su vida. Pescar en las rocas es mucho mas tranquilo, mientras se espera que un pez caiga en el anzuelo se puede apreciar de un lindo atardecer. Las opciones son variadas en este singular lugar ecuatoriano. Quienes visiten Playa Rosada seguro querrán volver a dejarse cautivar por su paisaje único en el mundo.   
     

domingo, 1 de mayo de 2011

Puerto López, turismo de naturaleza


John Gonzales Lucas
Jefe de Relaciones Públicas del Municipio de Puerto López

“Puerto López tiene un gran ingreso de turistas extranjeros: el europeo, el norteamericano, pero especialmente el europeo que es un turista conservador, un turista que hace mucha conciencia sobre la naturaleza. Entonces, Puerto López  con el Parque Nacional Machalilla, lo que hace es un turismo de naturaleza, donde tenemos combinación de bosque seco con bosque húmedo y la parte más importante de cultura a nivel de Ecuador, tenemos la cultura manteña, museos insitus, en este caso Agua Blanca y también el museo de Salango, que son lugares donde la arqueología ha hecho muchos estudios. Hay sitios importantes aparte de los museos, sitios de información donde se organiza la comuna en sí, y ellos en forma de rotación permiten que todos los ingresos del turismo sean para toda la comunidad, entonces ahí tienen un bosque seco, tienen una laguna de agua sulfurosa, aparte de las ruinas arqueológicas de la cultura manteña”.